Considero que es el momento para adentrarnos en el tema de la información, de vital importancia para la vida institucional de nuestro querido club.
Si bien no es exactamente igual, podríamos trazar un paralelismo entre el buen gobierno de una asociación civil, en nuestro caso el Racing Club, y el gobierno de un país democrático.
Hace decenios que un principio rector de una republica es la debida información a la sociedad, los principales filósofos y sociólogos del mundo se refieren a este tema como una característica de una república, a la inversa es una característica de los regimenes autoritarios el ocultismo sobre los temas de estado.
Estos principios debemos trasladarlos a nuestro querido club. Si bien es cierto, que en una Asociación civil a diferencia de lo que comúnmente se piensa, sus “dueños” no son sus socios, (a diferencia de una sociedad comercial), y prueba de ello es que en el caso de disolución de la asociación civil, el patrimonio de la misma no queda para sus socios, sino para una obra de bien publico. No es menos cierto, que el fin objeto de una asociación sí son sus socios.
En un gobierno democrático y republicano, el deber de información es vital. Los socios gozan del derecho de “saber” integralmente lo que sucede en el club, lo contrario sería gobernar a sus espaldas .
Ese deber de información debe ser completo, integral, abarcativo de todas las áreas, debe tener como finalidad la información al socio de todas sus inquietudes y aun más allá de ellas mismas. No es suficiente cubrir las exigencias meramente formales que imponen en tal aspecto un Estatuto retrógrado y caduco, ni ampararse en circunstanciales mayorías en una Asamblea de representantes, legales si, pero que deberían actuar justamente como lo dice la denominación de su cargo, como “representantes de los socios” y no como representantes de la mayoría que gobierna o de la primer minoría, ya que ello desvirtúa totalmente la función pretendida para dichos representantes. Su función no se cumple con la aprobación de una Memoria y Balance no menos formal, que poco y nada cumple respecto del deber de información y menos aun, cuando no es acompañado de los anexos explicativos imprescindibles para cumplir su funcionalidad.
En nuestro club, venimos de una oscura época que éramos manejados por una empresa, en beneficio exclusivo de la misma, con omisión de los beneficios para el club y/o para los socios, con abstracción de toda información. En el paralelo que trazábamos al comienzo de esta editorial, podríamos comparar perfectamente le época de BC en el club, con la del autoritarismo en cualquier gobierno, ambos tenían las mismas características el gobierno en beneficio propio y el oscuranterismo total.
Hemos logrado entre todos los racinguistas resurgir de aquella época aciaga, y contar con una Comisión Directiva elegida democráticamente.
Como todo régimen democrático, el mismo debe tener dos requisitos básicos: legitimidad y legitimación. El primero es aquel que surge de su origen, de la elección popular y esta conducción lo tiene indiscutiblemente. El segundo concepto, mucho mas difícil tanto de aprehender como de obtener, es el que se relaciona directamente con la legitimación de ejercicio, la que se debe obtener cada día, el que no se gana en una elección, el que se logra gobernando en beneficio del bien común, conforme al programa de gobierno que se difundiera y cumpliendo acabadamente el deber de información.
Esta conducción tiene logros y errores en su accionar, pero mantiene una gran deuda, y es la que consiste en dar al socio una debida información respecto de todo el acontecer de la vida institucional, deber que no cumplimentó acabadamente con el balance aprobado que ha tenido como finalidad cubrir con los requisitos legales del estatuto, de la AFIP y otros organismos, pero no la de cumplimentar la exigencia de una debida información republicana.
Por eso, desde NUEVO RACING, venimos pregonando por una mayor información, y consideramos desde este punto de vista, que debemos aclarar algunas cuestiones:
1. Los recurrentes pedidos y exigencias de Información, no son parte de una política obstruccionista, todo lo contrario, nuestra misión es colaborar con la comisión directiva señalándoles sus errores, y solicitándole que los corrijan, en este caso relacionados a su deber de información.
2. Cuando solicitamos información, sea verbalmente o por escrito, no lo hacemos imputando ningún hecho ilícito, sino simplemente se traducen en “los socios queremos saber que pasa?”.
3. Se nos plantea permanentemente una grave disyuntiva. ¿es el momento adecuado? ¿ estamos peleando el descenso, esto es gravísimo para todos, no estaremos perjudicando?. En nuestros corazones fluye todo el tiempo estos interrogantes, pero en nuestras mentes no, en nuestras mentes las ideas están claras, para informar no hay buenos o malos momentos, la información es una obligación reciproca. En que sentido:
1. Para el gobierno en brindarla
2. Para los que no están en el gobierno en exigirla
Por el contrario, seria oportunismo político, elegir el momento para hacerlo, como por ej. esperar un descenso o una campaña electoral para exigirla, o un campeonato, para salir a enturbiar la alegría del pueblo racinguista.
La información siempre es positiva para el socio y no molesta cuando brindarla y exigirla, se convierte en costumbre. Es nuestro deseo que estos conceptos sean compartidos para que en conjunto transitemos esta democracia interna que hemos logrado ganar, a fin de afianzarla civilizadamente.
Eduardo Marsala
Si bien no es exactamente igual, podríamos trazar un paralelismo entre el buen gobierno de una asociación civil, en nuestro caso el Racing Club, y el gobierno de un país democrático.
Hace decenios que un principio rector de una republica es la debida información a la sociedad, los principales filósofos y sociólogos del mundo se refieren a este tema como una característica de una república, a la inversa es una característica de los regimenes autoritarios el ocultismo sobre los temas de estado.
Estos principios debemos trasladarlos a nuestro querido club. Si bien es cierto, que en una Asociación civil a diferencia de lo que comúnmente se piensa, sus “dueños” no son sus socios, (a diferencia de una sociedad comercial), y prueba de ello es que en el caso de disolución de la asociación civil, el patrimonio de la misma no queda para sus socios, sino para una obra de bien publico. No es menos cierto, que el fin objeto de una asociación sí son sus socios.
En un gobierno democrático y republicano, el deber de información es vital. Los socios gozan del derecho de “saber” integralmente lo que sucede en el club, lo contrario sería gobernar a sus espaldas .
Ese deber de información debe ser completo, integral, abarcativo de todas las áreas, debe tener como finalidad la información al socio de todas sus inquietudes y aun más allá de ellas mismas. No es suficiente cubrir las exigencias meramente formales que imponen en tal aspecto un Estatuto retrógrado y caduco, ni ampararse en circunstanciales mayorías en una Asamblea de representantes, legales si, pero que deberían actuar justamente como lo dice la denominación de su cargo, como “representantes de los socios” y no como representantes de la mayoría que gobierna o de la primer minoría, ya que ello desvirtúa totalmente la función pretendida para dichos representantes. Su función no se cumple con la aprobación de una Memoria y Balance no menos formal, que poco y nada cumple respecto del deber de información y menos aun, cuando no es acompañado de los anexos explicativos imprescindibles para cumplir su funcionalidad.
En nuestro club, venimos de una oscura época que éramos manejados por una empresa, en beneficio exclusivo de la misma, con omisión de los beneficios para el club y/o para los socios, con abstracción de toda información. En el paralelo que trazábamos al comienzo de esta editorial, podríamos comparar perfectamente le época de BC en el club, con la del autoritarismo en cualquier gobierno, ambos tenían las mismas características el gobierno en beneficio propio y el oscuranterismo total.
Hemos logrado entre todos los racinguistas resurgir de aquella época aciaga, y contar con una Comisión Directiva elegida democráticamente.
Como todo régimen democrático, el mismo debe tener dos requisitos básicos: legitimidad y legitimación. El primero es aquel que surge de su origen, de la elección popular y esta conducción lo tiene indiscutiblemente. El segundo concepto, mucho mas difícil tanto de aprehender como de obtener, es el que se relaciona directamente con la legitimación de ejercicio, la que se debe obtener cada día, el que no se gana en una elección, el que se logra gobernando en beneficio del bien común, conforme al programa de gobierno que se difundiera y cumpliendo acabadamente el deber de información.
Esta conducción tiene logros y errores en su accionar, pero mantiene una gran deuda, y es la que consiste en dar al socio una debida información respecto de todo el acontecer de la vida institucional, deber que no cumplimentó acabadamente con el balance aprobado que ha tenido como finalidad cubrir con los requisitos legales del estatuto, de la AFIP y otros organismos, pero no la de cumplimentar la exigencia de una debida información republicana.
Por eso, desde NUEVO RACING, venimos pregonando por una mayor información, y consideramos desde este punto de vista, que debemos aclarar algunas cuestiones:
1. Los recurrentes pedidos y exigencias de Información, no son parte de una política obstruccionista, todo lo contrario, nuestra misión es colaborar con la comisión directiva señalándoles sus errores, y solicitándole que los corrijan, en este caso relacionados a su deber de información.
2. Cuando solicitamos información, sea verbalmente o por escrito, no lo hacemos imputando ningún hecho ilícito, sino simplemente se traducen en “los socios queremos saber que pasa?”.
3. Se nos plantea permanentemente una grave disyuntiva. ¿es el momento adecuado? ¿ estamos peleando el descenso, esto es gravísimo para todos, no estaremos perjudicando?. En nuestros corazones fluye todo el tiempo estos interrogantes, pero en nuestras mentes no, en nuestras mentes las ideas están claras, para informar no hay buenos o malos momentos, la información es una obligación reciproca. En que sentido:
1. Para el gobierno en brindarla
2. Para los que no están en el gobierno en exigirla
Por el contrario, seria oportunismo político, elegir el momento para hacerlo, como por ej. esperar un descenso o una campaña electoral para exigirla, o un campeonato, para salir a enturbiar la alegría del pueblo racinguista.
La información siempre es positiva para el socio y no molesta cuando brindarla y exigirla, se convierte en costumbre. Es nuestro deseo que estos conceptos sean compartidos para que en conjunto transitemos esta democracia interna que hemos logrado ganar, a fin de afianzarla civilizadamente.
Eduardo Marsala
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